jueves, 31 de enero de 2013

Sobre la máquina de movimiento perpetuo, la gran paradoja social



¿Será posible crearla? Si entendemos la entropía como el grado de desorden de un sistema, la segunda ley de la termodinámica establece que la entropía de un sistema siempre aumenta o  permanece igual, pero nunca disminuye, o sea, el desorden siempre aumenta pero jamás disminuye. Alguien que asea su habitación podría objetar que eso no es cierto, pues cuando termina el aseo su habitación pasó de un estado desordenado a un estado ordenado, pero lo que no toma en cuenta ese alguien es que el desorden de su habitación ha pasado a su cuerpo y al desgaste de los artículos de limpieza y de hecho ha aumentado, pues terminará agitado, sudando en un intento del cuerpo por volver al estado de equilibrio ...en el proceso de aseo, han muerto muchas células de su cuerpo; si ha habido buena alimentación y se es joven, el cuerpo reparará esas pérdidas, pero a costa de utilizar más energía obtenida de los alimentos y de esta solo se aprovechará menos del cuarenta por ciento, aumentando irremediablemente el desorden del sistema combinado en sí; no está de más decir que cuando se es viejo, el aprovechamiento es aun menor provocando incluso desequilibrios corporales que desembocan en posibles enfermedades oportunistas debido a la disminución de la eficiencia y de la mera voluntad de vivir si me permiten términos filosóficos. 

      Por lo tanto la segunda ley de la termodinámica marca un sentido en la evolución del mundo físico  y esto mediado por la esencia de las cosas, o las ideas platónicas, o la voluntad según Schopenhauer. Si este principio (la segunda ley) marca este sentido en la evolución del mundo físico, del Universo pues, ha de aplicar también a la sociedad; si no fuera así sería posible a nivel social, construir una máquina social de movimiento perpetuo y me rehúso a aceptar que solo beneficie a unos cuántos ...porque parece que así es, que contradiciendo este principio se ha podido construir esta máquina social que tanto precariza al ser humano; todavía los animales pueden al menos adaptarse a la Naturaleza, nosotros por tener la capacidad de razonar y doblegarla a la satisfacción deliberada del deseo, ni siquiera eso, cayendo en un estado peor que el de animal. Si así es, se habría podido construir esta máquina, este sistema social-económico-político-religioso basada en el egoísmo e individuación; por eso prefiero que no sea así, que sea solo una paradoja, la gran paradoja social, porque por lo menos albergo la esperanza de que en algún momento dejará de funcionar, sucumbiendo a este principio; no se puede por este principio, aceptar que el ser humano ha de permanecer siempre igual. Sí, este sistema ha de sucumbir, y si en los intentos por desordenarlo no han bastado heroicas revoluciones iniciadas por valientes y abnegados seres que con ahínco pretenden equilibrar la justicia, ha de bastar la conciencia cada vez mayor, provocada por geniales e inspirados seres, de una humanidad ya no egoísta ni individuada, sino altruista y abnegada; entonces no solo se desordenará al sistema, sino que como una manifestación de sublime trascendencia se tornará a este mundo en consecuencia y en efecto, en un mundo mejor de entre los posibles, según nuestro grado de conciencia será nuestro grado de libertad ...entonces admitiré que se contradiga ese principio, y ha de hacerlo, porque como dije antes, la evolución de las cosas no solo depende de él, sino también de nuestra voluntad.





ELLOS Y NOSOTROS. II.- La Máquina en casi 2 cuartillas.
ELLOS Y NOSOTROS.
II.- La Máquina en casi 2 cuartillas.- Por SupMarcos, desde cualquier rincón en cualquiera de los mundos.
Enero del 2013.

Habla el vendedor:

Es maravillosa, muy “cool” para que me entienda. Se llama “globalización neoliberal versión 6.6.6″, pero preferimos nombrarla “la salvaje” o “la bestia”. Sí, un mote agresivo, de iniciativa pues, muy grrr. Sí, eso lo aprendí en el curso de superación personal “Cómo vender una pesadilla”… pero volvamos a la máquina. Su funcionamiento es muy sencillo. Es autosuficiente (o “sustentable”, como luego se dice). Produce sí, ganancias desorbitantes… ¿Qué? ¿Invertir parte de esas ganancias en paliar el hambre, el desempleo, la falta de educación? ¡Pero si precisamente son esas carencias las que hacen andar esta preciosura! ¿Qué tal, eh? Una máquina que produce al mismo tiempo el combustible que necesita para andar: la miseria y el desempleo.

Claro, también produce mercancías, pero no sólo. Mire usted: supongamos que se produce algo completamente inútil, que nadie necesita, sin mercado pues. Bueno, esta maravilla no sólo produce lo inútil, también crea el mercado donde esa inutilidad se convierta en un artículo de primera necesidad.
¿Las crisis? Claro, sólo oprime usted este botón de aquí… no, ése no, ése es el de “eyección”… el otro… sí. Bueno, oprime usted ese botón y ¡tarán!, ahí tiene usted la crisis que necesita, completa, con sus millones de desempleados, sus tanques antimotines, sus especulaciones financieras, sus sequías, sus hambrunas, su deforestación, sus guerras, sus religiones apocalípticas, sus salvadores supremos, sus cárceles y cementerios (para los que no sigan a los salvadores supremos), sus paraísos fiscales, sus programas asistencialistas con tema musical y coreografía incluidos… claro, un poco de caridad siempre será bien visto.

Pero no es todo, ahora permítame, deje que le ponga este demo. Cuando usted la pone en modo “destrucción/despoblamiento-reconstrucción/reordenamiento” hace milagros. Vea este ejemplo: ¿ve usted esos bosques? No, no se preocupe por esos indígenas… sí, son del pueblo Mapuche, pero podrían ser yaquis, mayos, nahuas, purépechas, maya, guaranís, aymarás, quechúas. Bueno, oprima usted el botón “play” y vea cómo desaparecen los bosques (también los indígenas, pero ésos nunca importan), ahora vea cómo todo se convierte en un páramo, espere… ahí llegan las máquinas, y ¡voilá!: ahí tiene usted el campo de golf que siempre había soñado, con su fraccionamiento exclusivo y con todos los servicios. Ah, maravilloso ¿no?

También viene con un software que es lo último de lo último. Puede usted darle click aquí, donde dice “filtro”, y en su tv, radio, periódicos, revistas, feisbuc, tuiter, yutub, aparecen sólo salmos y alabanzas para usted y los suyos. Sí, elimina todo comentario, escrito, imagen, ruido, toda la mala vibra que luego les da por colar a esos proles anónimos, sucios, feos y malos… y groseros, sí.
Tiene palanca al piso (aunque usted puede pasar al piloto automático con apenas un click); helipuerto; un boleto de avión no, porque luego no hay a dónde huir, pero sí un lugar en el transbordador espacial más próximo a partir; también tiene su “mall” super-hiper-mega exclusivo; campo de golf; servibar; club de yates; un diploma de Harvard ya enmarcado; casa de veraneo; pista de hielo… sí, lo sé, ¿qué haríamos sin la izquierda moderna y sus ocurrencias? Ah, y con esta maravilla usted podrá estar en “tiempo real” y simultáneamente en cualquier parte del planeta, es como si tuviera su propio y exclusivo cajero automático global.

Mmh… sí, incluye una bula papal para asegurarle un lugar V.I.P. en el cielo. Sí, lo sé, pero ya estamos trabajando en eso de la inmortalidad. Mientras tanto, le podemos instalar como accesorio (con costo aparte, claro, pero estoy seguro que eso no es problema para alguien como usted): ¡un cuarto de pánico! Sí, ya ve que luego a esos vándalos les da por exigir lo que les pertenece con eso de “la tierra es de quien la trabaja”. Oh, pero no hay de qué preocuparse. Para eso tenemos gobernantes, partidos políticos, religiones nuevas, “reality shows”. Pero claro, es un supositorio, ¿y si llegaran a fallar alguna vez? Por supuesto, en cuestiones de seguridad ningún gasto es oneroso. Claro, deje anoto: “incluir Cuarto de Pánico”.

Incluye también un estudio de tv, uno de radio y una mesa de redacción. No, no me mal interprete. No son para ver televisión, ni escuchar radio, ni leer periódicos y revistas, eso es para mal nacidos. Son para producir la información y el entretenimiento de quienes hacen andar la maquina. ¿No es genial?

¿Qué? Oh… bueno… sí… me temo que ese pequeño problema no ha sido solucionado por nuestros especialistas. Sí, si la materia prima, quiero decir, si la muchedumbre plebeya se rebela no hay nada que hacer. Sí, puede ser que el “cuarto de pánico” sea también inútil en esa situación. Pero no hay que ponerse pesimista, piense que ese día… o noche… está muy lejos. Sí, eso del optimismo “new age” también lo aprendí en el curso de superación personal. ¿Eh? ¿Qué? ¿Estoy despedido?

(continuará…)
Desde cualquier rincón, en cualquiera de los mundos.
SupMarcos.
Planeta 


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